El Cuerpo Metàfora

Rostro para hacerse único en la fotografía de infinitas miradas
Pies que laten y aflojan, pegan y despegan sin detener el caminar
Nariz diplomada en sahumerios, críos y aromas de la infancia
Hombros llagados, acostumbrados y dispuestos
Manos abiertas hasta rebalsar, cerradas hasta encadenar, ávidas hasta crear

Espalda preparada para alas, tatuajes y mochilas
Dedos inquietos y vibrantes, asidores, señaladores, contadores
Nudillos de pelea guarecidos en guantes de lana
Columna junco, centro y soporte
Brazos refugio, acumuladores, arengadores, sostenedores

Rodillas picaras y desconsoladas que cierto día comenzaran a sonar
Yemas tántricas y calurosas, amantes del recorrido
Uñas que develan , que marcan, que rascan, que ayudan a sangrar
Oídos imantados que atraen melodías, voces, emociones y sonido

Cintura hecha y deshecha, rodeada y solitaria
Labios agridulces en búsqueda de humedad
Ojos radar hurgando mundos, voceros de mentiras y placeres
Corazón reciclado, prófugo con ínfulas de conquista y libertad

Piernas interminables, inagotables, insaciables
Pupilas expansibles y charlatanas, adrede ciegas pero videntes
Piel verborragica y ansiosa por inquietarse
Cuello peaje de amores latentes

Útero hogar, origen de mi después y mi antes
Dientes de mordida provocadora preparados para gruñir
Lengua filosa, curiosa y parlante, hambrienta de sabores culinarios y amantes
Boca irónica y profunda de simples convicciones y libre de decir

Pulmones sonando a reggae y a rock recargados con aires ajenos
Garganta para gritar odios y amores, goles y estrofas, alegría y pesar
Pelvis creadora y animal, umbral de juegos obscenos
Cabeza continente de ideas y recursos que solo hay que saber administrar