miércoles, 14 de julio de 2010

Despertar Vengada

“Decidí evitar a Pedro, al menos hasta que se me pasara la animosidad que reemplazo el amor que
le tuve durante diez años. Lo detestaba tanto como antes lo amé; deseaba herirlo como antes lo defendí. Sus defectos se magnificaron a mis ojos, ya no me parecía noble, sino ambicioso y vano; antes era fornido, astuto y severo; entonces era gordo, falso y cruel. Este reconcomio contra el antiguo amante me avergonzaba.
Mi fiel Catalina me hizo ver que el corazón es como una caja: si esta ocupada con porquería, falta espacio para otras cosas. No podría amar de nuevo si tenia el corazón lleno de amargura, y me advirtió que el encono pone la piel amarilla y produce mal olor, por eso me daba tisanas de limpieza. Con rezos y tisanas me curé del rencor contra Pedro en un par de meses. Una noche soñé que me crecían garras de cóndor, que me abalanzaba sobre él y le arrancaba los ojos. Fue un sueño estupendo, muy vivido, y desperté vengada.
Al alba salí de la cama y comprobé que ya no sentía ese dolor en los hombros y el cuello que me había atormentado durante semanas; había desaparecido el peso inútil del odio”

Inés del alma mía – Isabel Allende

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Este tema acompaña perfectamente...

1 comentario:

Nat dijo...

Bue.. y que decir... si esto ya lo dice todo.
Alivianarse, dejar ir el dolor, fluir, ser y sonreir soleado.

Te adoro!